Villancicos y cantadas en la catedral de Jaca (siglo XVIII). Composición, recepción y evolución estilística

Publication Type:

Book

Source:

Zaragoza: Institución Fernando el Católico, Spain, p.299 p. (2020)

ISBN:

978-84-9911-589-4

Mots-clés:

Cathedrals; Music chapells; Repertoire; Villancico; Eightheenth Century

Résumé:

<p><span style="font-size: 11.0pt; line-height: 107%; font-family: 'Calibri',sans-serif; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-language: EN-US; mso-bidi-language: AR-SA;">Con el cambio dinástico acaecido en España a la muerte del último monarca habsbúrgico Carlos II y la consiguiente guerra de Sucesión, desde los inicios del siglo XVIII la ciudad de Jaca fue cobrando un nuevo protagonismo social y cultural en las relaciones entre Francia y España, gracias al emplazamiento militar de su Ciudadela y al apoyo mostrado por la ciudad a Felipe V, en contra de los territorios aragoneses colindantes (partidarios del pretendiente austríaco al trono). De este modo, la ciudad se convirtió en un baluarte especialmente privilegiado por la nueva Corona, que lo utilizó como modelo de fidelidad. Fue así como, pese a las graves consecuencias que tuvo en los reino de la Corona de Aragón la supresión de los Fueros -como castigo por su inclinación hacia el archiduque Carlos-, Jaca recibió ciertos privilegios políticos que favorecieron el crecimiento artístico y musical. Con todo ello, una vez finalizada la guerra, se despertó el interés del cabildo por contratar maestros de capilla de otras localidades, en un aperturismo hasta entonces no conocido que se asentó a partir del establecimiento de unos fuertes vínculos con Barbastro, Zaragoza, Tarazona y Barcelona. Todo ello se tradujo, de forma muy particular, en la intensa actividad de su capilla de música catedralicia, adonde llegaron las obras de autores como Pergolesi, Galuppi, Porpora, Hasse, Conforto o Jommelli, mientras los maestros de capilla locales (Betrán, Sayas, Viñas, Conejos Igual y Bosqued) se hacían eco, poco a poco, de las novedades llegadas desde el exterior al tiempo que se iban despojando de las tradiciones heredadas del siglo anterior.<br /> Es así como el villancico acabó por convertirse en el punto de confluencia de tradiciones, innovaciones y nuevas técnicas de composición, como reflejo de unos estilos llegados de fuera que se asimilaban en la producción local para evolucionar hacia nuevas formas de expresión, de todo lo cual ha quedado testimonio en un rico archivo musical, en cuyos fondos, en gran medida inéditos, bucea el presente estudio</span></p>